Tú no lo sabes,
Pero cuando te alejas
Montada sobre tu caballo
De aluminio y caucho
Yo, el Quijote
soñador,
Se queda sin Dulcinea.
Vas ligera, porque
eres tierna y hábil.
Yo llevo a cuestas, al Sancho de los años
No soy profeta, pero te digo:
“Los molinos de viento
Que te esperan,
Se rendirán a tus pies”.
Melquiadez Centenario
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