jueves, 28 de abril de 2011

DISCURSO FUNEBRE EL DIA QUE SEPULTAMOS A MI PADRE POLITICO

JOSE JESUS CULQUI ROJAS
“El hombre es como la hierba

y su gloria es como flor,

la hierba seca y la flor cae”

La Biblia




Estimado Mister,( Mister como te decíamos de cariño), me dirijo a ti por que se que ya fuera de tu cuerpo todavía tienes la oportunidad de escucharnos y de vernos , no me he asomado a tu catafalco a ver el rostro seguramente pálido y con el rictus de descanso que esboza la muerte sobre él, no he mirado tu catafalco porque se que tú, el ser de tez oscura pero brillante, el ser de la sonrisa ágil , el ser que saludaba con una mano huesuda pero cálida; ya no habita este cuerpo que respetuosa y cristianamente hemos venido a enterrar, yo no te confundo Mister, ahora sabes más que nosotros los misterios de la vida y la muerte, sabes que la vida sobre la tierra es una cadena de encuentros y despedidas, de llegadas y de partidas, sabes que el mundo que nos distrae e hipnotiza con sus sonidos y formas no es todo, que lo sublime, es nuestra esencia, el huésped que mora en cada uno y como decía Khalil Gibran: “En cada vaivén de nuestra respiración, ese ser anhela volver al lugar de donde proviene”, que es Dios, el absoluto. Hubiéramos querido traerte a este lugar tal vez ya viejito, extinto por los años o talves por alguna enfermedad que nos presagiara tu partida, hubiéramos querido que nos acompañes por más tiempo, pero somos “cosecha”, ignoramos el día, el lugar y la mano que la segada para propósitos no humanos.




Pedí un milagro para que siguieras con nosotros, pero seguramente el milagro nos fue concedido en tu primer accidente más fuerte que este último, cuando fuiste envestido por un carro, entonces milagrosamente te recuperaste y continuaste con tu familia, nos acompañaste con tu sonrisa y tu vida, pudiste educar y ver crecer a tu hijo, ahora profesional, pudiste construir tu casa, pudiste trabajar apasionadamente, tomar tu vino, leer tu periódico los domingos y regar tu jardín, acompañarnos en los cumpleaños, conocer la tecnología de este siglo. Con esa satisfacción del milagro concedido, enterramos ahora tu cuerpo. Pero con tristeza porque todavía nuestros ojos, nuestros oídos y nuestras manos extrañaran no verte, ni oírte, ni sentirte.




Cesar Vallejo decía “no es grato morir señor si en la vida nada se deja y en la muerte ya nada es posible, sino sobre lo que se pudo dejar en la vida”.




Nosotros nos sentimos orgullosos por tu herencia Mister, nos dejas a mi hermano seguramente un bastón mas para la vejez de mi madre, en él están tus genes de esa estirpe noble y valiente de los sachapuyos.





Nos dejas tu ejemplo, tu GRAN EJEMPLO, fuiste un maestro de la PERSEVERANCIA, del TEZON, a tus 60 años con mucha dificultad, por la secuela de tu accidente, aprendiste computación, aprendiste a navegar en internet a manejar todas las aplicaciones de tu celular y tu cámara digital.




Cierto día viéndote en bata de dormir y con tu frente infinita, te dije que te parecías a Gandhi hoy sigo pensando lo mismo, no por que hayas sido un estadista o un santo, sino por tu propósito optimista de perseguir lo imposible.




Nos dejas bonitos recuerdos, cuando niños nuestras salidas a la pesca, en el ASNAC quebrada donde aprendimos a nadar. Contigo aprendimos el arte de la zapatería, la media suela, suela corrida, a “tazar” el ganado y llevarlo a pastar y sacrificarlo, contigo aprendimos a trabajar. Gracias por ello.
Fuiste como el SOL, Mister, nombre que pusiste a tu empresa en Chachapoyas, en tu vida tuviste eclipses, noches donde ya no te veíamos, pero siempre amanecías radiante, luminoso como el SOL por la mañana, dispuesto a “comenzar de nuevo” a “empezar otra vez”. Que maravilloso ejemplo.
Talves ahora sin ti, esta sea la noche más trágica, la más larga las noches, una noche sin estrellas, con lluvia y con truenos. Pero inevitablemente amanecerás en nosotros. Ya no es necesario que alumbres, ahora descansa, nos enseñaste a ser como el SOL y eso seremos.
No será necesario que hable de tu trabajo en la Municialidad porque sería redundar porque cada uno de tus compañeros que te conocieron te admiran por saben cómo fuiste, y seguramente seguirán tu ejemplo.




Finalente seguro que te da gusto sentir el homenaje que te rendimos, familiares amigos y vecinos, te dará gusto ver a tus hermanos, hermanas sobrinos y demás familiares juntos, viniendo a devolver la tierra a la tierra, el polvo al polvo, ya eres distinto a nosotros que todavía combinados con la carne, confundimos la casa con el huésped, tu ahora de lo alto tienes mejor perspectiva para comprendernos y ayudarnos. No te digo adiós, te digo espéranos por que un día estaremos juntos nuevamente.



Juan Carlos Flores Tucto