No hay mano que se agite en la partida,
ni brazos que se abran cuando llego.
ojo de pez
miércoles, 1 de abril de 2015
IMAGINO
Estas a 1000 kilómetros de mis ojos,
entonces, para ir hacia ti, camino por mis recuerdos
a lo lejos, desde lo alto, te alcanzo
a ver cubierta Con tu velo hiyab,
hermosa como la Reina de Saba,
imagino entonces, que tú divinas mi perspectiva
y
con tus ojos beduinos me miras y sonríes.
suficiente, regreso en silencio, convencido
que
si gritara tu nombre, traspasarían
tus sienes y
no me escucharías.
viernes, 27 de marzo de 2015
WARMI CYCLIST
Tú no lo sabes,
Pero cuando te alejas
Montada sobre tu caballo
De aluminio y caucho
Yo, el Quijote
soñador,
Se queda sin Dulcinea.
Vas ligera, porque
eres tierna y hábil.
Yo llevo a cuestas, al Sancho de los años
No soy profeta, pero te digo:
“Los molinos de viento
Que te esperan,
Se rendirán a tus pies”.
Melquiadez Centenario
EL DÍA QUE MORÍ
Apagaste
con tu boca
La braza
de mi voz, luego dijiste:
“No me
puedo quedar,
Fui para ti, como un suspiro,
Fui para ti, como un suspiro,
Es
hora de emprender la retirada”.
Es
cierto,
Fuiste
aire de montaña,
Que en mi pecho,
no pude contener
no pude contener
Sin
embargo
me diste vida por un instante.
me diste vida por un instante.
Melquiadez
Centenario
domingo, 5 de octubre de 2014
HERBARIO DE RECUERDOS (I)
HERBARIO DE RECUERDOS (I)
Habiendo
concluido las exequias de mi padre político y sosteniendo yo todavía en mi mano
el papel del discurso que había pronunciado al pie de su tumba, se acerco mi “papá
Lucho”, (otro de mis papas) y me solicito una copia mi discurso, aunque él lo
llamo “carta fúnebre”, le había conmovido y era para él una composición
literaria que merecía releerse y conservarse, la verdad me hubiera gustado
escribirle en vida un discurso para mi
papa político y leerle tal vez en su cumpleaños y decirle todas esas cosas que
le dije al pie de su tumba, seguramente se hubiera alegrado, hubiera llorado y
me hubiera abrazado, cosa que ya no pudo hacer aunque estoy seguro ese día
desde otra dimensión me escucho estoicamente.
Tal
ves pocos hijos como yo tengan la dicha de tener varios papas, a Francisco
Flores se lo debo el apellido y los
genes que trajo desde el Cuzco a Amazonas, siglos después de Tupac Inca Yupanqui, también venido con el mismo propósito desde el Cuzco a Chachapoyas.
Jose
Jesus Culqui Rojas fue mi padre político, hombre Chachapuyo con quien se comprometiera
mi madre muchos años después de la separación de mi padre Francisco de esa
unión tenemos un hermano Edward Martin.
A este señor lo debo mucho, de él aprendí muchas cosas y recibí mucho
afecto de lo cual deje constancia en mi discurso fúnebre.
Luis
Tucto Salón o “papa Lucho” es otro de mis papas, hermano de mi señora madre y padrino de bautizo, para él escribo estas líneas, en gratitud, porque no
quiero ponerme a escribir cuando nos
visite la muerte y leerlo al pie de su catafalco, ahora en pleno uso de
sus facultades el leerá este testimonio de quien se considera su hijo.
De
niño habiendo ya aprendido a leer y a mirar bien las cosas, guardo en mi
menoría dos imágenes que corresponde a dos posters pegados por mi “papá Lucho”
en la sala de la casa de Chachapoyas donde
vivíamos, uno de ellos correspondía a
Jesus, era una retrato más humano que divino, pues no tenia atavíos ni aureolas
y al pie de su rostro rezaba ”solo
Cristo hace al hombre verdaderamente
libre” y la otra imagen correspondía era la del ”Che Guevara” “el libertador”
como lo llama Gillen en su Poema, de manera que su rostro siempre me fue
familiar y ambos personajes desde
aquellos tempranos años siempre me han acompañado y podría decir que fue
la primera influencia místico/revolucionaria que me infundio sin saberlo mi “papa Lucho”.
Realmente
guardo muchos recuerdos de mi niñez escogeré ahora solo aquellos donde aparece
mi papa Lucho:
Muy
pequeño yo recuerdo haber visto en casa unas zapatillas descomunales por su
gran tamaño, zapatillas que alguna vez fueron blancas, estaban teñidas de un
color rojo-naranja, eran pues para mí tamaño, los zapatos alados de un gigante
del Olimpo griego y siempre me causaban asombro; el color rojo-naranja que
tenia se debía al cerro “colorao” a cuyo
pie descansa Chachapoyas, donde mi papa seguramente subía para jugar futbol en el campo que había en su cima, y esa arcilla
ferrosa había teñido sus zapatillas; Para nosotros cuando niños la época de
peregrinar al “colorao” era en tiempos de vientos, para entonces mi papa lucho
tanto a mí y mi hermano Marco Antonio nos construía nuestra cometa “campeona”
nos vestían con ponchos bufandas y gorros y subíamos por el desfiladero, de estas épocas recuerdo dos hechos, uno en el
cual jugando con el carrizo con el que construía mi papa la cometa se clavo en
mi mano una astilla y llore desconsoladamente escondiendo mi mano, evitando que
sacaran la astilla, fue entonces en que mi papa Lucho me hizo sentar a la
orilla de la mesa, cogió mi mano y me dijo que si no me dejaba sacar la astilla
crecería sobre la palma de mi mano una cepa de carrizo, me imagine entonces
portado una planta de carrizo en mi mano y decidí entregar mi mano para que sacaran la astilla.
En otra
ocasión recuerdo que ascendiendo al cerro con nuestras cometas, siempre bajo el
cuidado de papa Lucho, soplo un viento que levanto mi poncho y tapo mi cara
estando yo agarrado en un risco del
cerro, la oscuridad solo duro unos segundos pero en mi, fue como quedar
suspendido en el vacio, liberarme la cara del poncho con mis manos significaba
despeñarme, pero la mano de mi papá Lucho como la de un ángel me salvo la vida.
Parte de mi
niñez lo viví en Leymebamba “rinconcito de amazonas” mi madre trabajaba de
profesora en dicho pueblo y los fines de mes viajábamos a Chachapoyas capital
del departamento, donde vivía mi papa Lucho junto con mi “viejita” (bisabuelita) pero cuando la falda de algún cerro se tendía sobre la
carretera ya no podíamos viajar y entonces mi papa Lucho viajaba hasta “el
derrumbe” y luego caminaba hasta Leymebamba, nos
acompañaba el fin de semana luego nos daba como propina una moneda grande como
un disco, con una vicuña en alto relieve y lo despedíamos desde lo alto del
pueblo, el bajaba al rio Atuen que corre al pie de Leimebamba pasaba el puente
y se desaparecía con su maletín, dejando, como les contaba una moneda que
llenaba mi pequeña mano pero un corazón tristemente vacio por su ausencia.
Papa Lucho
solía poner su mano como una tenaza en
nuestra nuca cuando caminaba con nosotros y era esta mano pues un yugo que alegremente
llevábamos encima pues de seguro papa´ por el camino nos compraría “el chicle globo”, o las “galleta de animalitos”
que tanto nos gustaba, con mayor suerte recuerdo un día nos dio propina para
comprar el tal “chicle globo” en la
tienda de doña “Natita” (Natividad Ruiz) a la casa de doña Amelina Collantes
donde vivíamos y resulto que la propina fue decomisada por doña “Natita” pues
adujo que éramos muy pequeños para andar con tanto dinero el mismo que fue
devuelto a mi papa Lucho.
Papa Lucho era nuestro abogado y nuestro ángel
de la guarda sobre todo cuando huíamos despavoridos del látigo de mi madre,
entonces papa Lucho hablaba con mama Petita, luego se agachaba buscándonos bajo
la cama, nos garantizaba que mamá nos
había perdonado y salíamos de nuestro refugio, La cama para nosotros no
solamente tenía un propósito para el descanso, sino para cuando niños su tablas eran como las alas de
una gallina para sus pollitos.
En
una ocasión estando jugando fuera de casa, en la calle específicamente,
lugar donde todavía se podía correr y
jugar en Chachapoyas, llego mi Papa Lucho corriendo y agitado, nos busco entre
los niños que participábamos del juego y nos metió en casa diciendo que
deberíamos protegernos del “el huracán”.
Para ese entonces yo era un niño que miraba el cielo esperando ver un “dragón
volador” llevando un techo en su pico, porque Papa lucho nos había dicho el tal
“Huracan” se había llevado el techo del señor Grandes.
Se
dice que los hábitos buenos o malos de los padres son imitados por los niños y
el habito que tengo de leer los periódicos revistas, amén de libros, se lo debo a mi Papa Lucho,
desde mi más lejana infancia recuerdo a “papa Lucho” absorto, recostado en ese sillón-hamaca que
llamamos “perezosa” leyendo las revistas Caretas, Oiga, Ovación, Si, el diario
Expreso, de esos tiempos recuero a papa
Lucho llegando del trabajo con su revista o periódico bajo el brazo y en la
mano una bolsa de pan cemitas, para el Lonche. Así era mi papa Lucho cuando era
yo niño y sigue siendo ahora, un “voraz lector” cuya almohada se va formando
con puñados de revistas y periódicos metidos en una funda noche a noche.
Un
día hubo alboroto encasa vino la
ambulancia y papa Lucho ya no estaba en casa, a nuestra interrogante por su
ausencia respondió mama está en el hospital por que “se le reventó la ulcera”,
20 años después sabía yo como era cuando se te revienta la ulcera en las tripas
y tu hemoglobina baja, hueles a hierro y sientes sangre ajena entrar por tus
venas desde una bolsa para salvarte la vida.
Estos
recuerdos uno a uno los he recogido de mi memoria, como hojas caídas de un
árbol otoñal, antes que el viento del olvido se las lleve para siempre y aquí
las ofrezco pagadas sobre un papel como un herbario botánico para la
posteridad.
Con afecto de
hijo.
Olmos 22 de Febrero del
2012
Juan Carlos Flores
Tucto.
RESPUESTA
TU CATILIARIA DIGNO DE UN POETA GRIEGO. GRACIAS HIJO, TUS
RECUERDOS ME HAN CONMOVIDO HASTA LAS LAGRIMAS.
Mensaje de texto 27 02 12
1: 00 PM
TE LO DIRE EN VOZ ALTA Y EN TU LENGUAJE ( y aun asi no dejare de ser poeta)
TE QUIERO COMO MIERDA, Y QUERERTE, ES COMO EXTENDER MI MANO CON UN RAMO
DE FLORES, PARA QUE TU LO TOMES, ASPIRES SU AROMA, LE DES UN BESO Y LO
ESTRECHES EN TU PECHO. PERO, SI TU, UN DIA ME DEJAS DE QUERER Y NO TOMAS ESAS
FLORES, SUCEDERA ENTONCES DOS COSAS: LA PRIMERA ES QUE SE CANSE MI MANO Y TENGA
QUE BAJARLA, (RENDIRME) PERO AUN ASI, SI INSISTO, (SOLO POR QUERERTE) DE
OFRECERTELAS Y NO LAS TOMAS, ENTOCES SE MARCHITARAN, PERDERAN SU FRESCURA, SU
AROMA, SU COLOR Y TODO SE IRA A LA MIERDA. QUEDARA, CLARO, UNAS RAMAS SECAS Y
UNA MANO CANSADA DE OFRECERLAS, COMO EVIDENCIA QUE UN DIA TE QUICE COMO MIERDA.
Melquiadez Centenario
miércoles, 28 de mayo de 2014
CRÓNICA DE ANIVERSARIO LNC
HOY ES EL 1°
ANIVERSARIO DEL CLUB “LIMA NIGTH CYCLING”
AL CUAL PERTENEZCO, ESCRIBI ESTA CRONICA HACE ALGUNOS MESES, PERO HOY
COBRA VIGENCIA Y VUELVO A PUBLICARLA
SOLO PARA LOS QUE
LEEN
Algunos compañeros en
el club, me dicen “maestro” sin tener yo medallas que cuelguen de mi cuello y
que puedo decir yo de Ustedes estimados compañeros, si en cada salida aprendo
de Ustedes, por ello ahora que tenemos al
LOBO como mascota e insignia del club digo:
“QUIEN CON LOBOS ANDA A AULLAR APRENDE”
Por: Melquiadez Centenario.
Lima North Cycling bien podía llamarse LIMA NIGTH CYCLING pues ha convertido “LA NOCHE” en un escenario propicio para montar bicicleta, la cita es siempre a las 8 pm en la municipalidad de Los Olivos, Marko Erik Palacios, director fundador del Club y administrador del Facebook LNC, es el encargado de publicar el programa de la semana que comienza en día martes y termina el domingo, el Lunes hay una tregua por la salida del domingo que suele ser fuera de Lima, con 100 ó más Kilómetros de recorrido. Minutos antes de las 8 se ve llegar de todas las direcciones luces parpadeantes como estrellas, son los ciclistas LNC, cumplido el termino de tolerancia Marko dice ¡¡vamos!! y partimos por las grandes avenidas, junto a las combis, los buses y los autos que circulan en fila india, en un momento determinado se detiene la columna de carros, porque el semáforo cambio a rojo, es entonces que nos deslizamos en entre los motores humeantes como “AGUA ENTRE LOS DEDOS”, rostros impacientes y angustiados de los pasajeros nos ven pasar por sus ventanas, con cierta impotencia o talvez con cierta envidia.
Las
salidas nocturnas son a distritos vecinos que tienen avenidas inclinadas en los
cerros como Payet, Tawantinsuyo, Jirón Puno de Comas, Collique etc. Las
trepadas son fuertes, pero aun así más de uno repite el plato, mientras llegan
los rezagados, el descanso se suele hacer en lugares que han bautizado con
nombres originales como “La Atlantida” en este punto uno llega escalando una
callecita con una inclinación de 45° “La Atlandida” es parque circular con
columnas redondas clásicas, tiene la forma de un ágora griega, una banca
circular nos ofrece descanso, la
imaginación de Marko hizo que se bautizara como tal, también hay otro lugar de llegada ya fuera de
la pista y la ciudad, queda en la misma cima de un cerro, y se conoce con el nombre de “El Rocón” pues en la cumbre
del cerro hay una megalito cuadrado, tal vez en tiempos prehispánicos este Apu
fue peregrinado por culturas prehispanicas, es un lugar mágico. Desde
cualquiera de estas alturas se divisa Lima, “La horrible” como una gran necrópolis,
llena de velas encendidas, una nube oscura
sobre ella, que no se mueve, lo protege como un techo, es el Smog.
En el descanso siempre aprovechamos para tomar un rehidratante, contar
una anécdota, celebrar una broma e intercambiar opiniones, sugerencias sobre
las piezas de tu bicicleta, finalmente nos tomamos la foto de rigor, James
Norabuena, suele llevar un trípode portátil, se pone de rodillas, frente a su
cámara, chequea los ángulos, izquierda, derecha; de manera que todos salgan en
la foto, luego sale corriendo toma su lugar y esperamos el disparo de la cámara,
finalmente regresamos, según la distancia del domicilio de cada uno debemos
estar en casa entre las 10 y 11 pm.
Otro ascenso que merece unas letras aparte es la trepada
al cerro San Cristobal, dentro de la Semana por lo menos una vez esta
considerado esta salida en el programa LNC. Salimos de la municipalidad de los
Olivos por LA Av. Carlos Izaguirre, cruzamos la panamericana en el ovalo,
llegamos a la Av. Tupac, seguimos esta avenida hasta el cuartel Hoyos Rubio,
luego izquierda derecha, izquierda derecha y llegamos a la Alameda de los Descalzos,
un grupo que ha visto la convocatoria y llego primero, nos espera en dicho
lugar para subir juntos. La Cruz Luminosa en lo alto pareciera que nos espera
con los brazos abiertos. Nos contamos haber si alguien pincho y se quedo por el
camino, estamos completos, entonces Marko dice vamos y comienza el peregrinaje.
Al inicio de la trepada un olor
pestilente nos hace acordar que estamos en el borde de la civilización, la falda del
cerro es un basural, una fuerte inclinación intenta desanimarte, crujen los cambios,
la cadena baja al plato chico y atrás sube al piñón grande, se escuchan jadeos y la frente empieza a
brillar por el sudor, no falta escuchar a alguien decir “mierda” o “conche su
mare” como para darse fuerza, los mas rápidos ya se desaparecieron de tu vista,
cabalgan tan rápido que pareciera que son jinetes sobre caballos alados. En una
pared de piedra el cerro hace eco a la gran ciudad, el rugir de los motores
rebotan en sus rocas, como si el mar bravío se estrellara en un acantilado, en la
penumbra del camino un brujo emponchado y su cliente, fumando espera que
bajemos, que apaguen las luces del camino para iniciar su sesión de chamaneria,
escuchas rugir un motor tras tuyo, te pegas a la derecha y pasa pujando un bus
con turistas, la trepada te da algunos planos unas plataformas en los miradores
donde las parejas aprecian la ciudad a lo lejos. Al verte llegar en el último
tramo, los que llegaron antes, te dan aliento ¡¡vamos!! ¡¡vamos!! …¡¡Ya
llegaste, revienta!!. No hay mayor satisfacción de estar en lo alto y ver la
ciudad a tus pies, privilegio solo de los ángeles, las águilas y los ciclistas, luego saludar a los amigos de otros clubes,
tomar tu agua, la foto de rigor y el regreso, que si el ascenso es excitante
diré pues que el descenso es un orgasmo, bajas en picada al llano, sin ningún
esfuerzo, la gravedad hace su parte, tus dedos listos en el freno y la posición
más aerodinámica que encuentres.
CRONICA
DEDICADA AL CLUB “LIMA NORTH CYCLING”
Suscribirse a:
Entradas (Atom)