miércoles, 28 de mayo de 2014

CRÓNICA DE ANIVERSARIO LNC

HOY ES EL 1° ANIVERSARIO DEL CLUB “LIMA NIGTH CYCLING”  AL CUAL PERTENEZCO, ESCRIBI ESTA CRONICA HACE ALGUNOS MESES, PERO HOY COBRA VIGENCIA Y VUELVO A PUBLICARLA
SOLO PARA LOS QUE LEEN
Algunos compañeros en el club, me dicen “maestro” sin tener yo medallas que cuelguen de mi cuello y que puedo decir yo de Ustedes estimados compañeros, si en cada salida aprendo de Ustedes, por ello ahora que tenemos al  LOBO como mascota e insignia del club digo:
 “QUIEN CON LOBOS ANDA A AULLAR APRENDE”
Por: Melquiadez Centenario.

          Lima  North Cycling bien podía llamarse LIMA NIGTH CYCLING pues ha convertido “LA NOCHE” en un escenario propicio para montar bicicleta, la cita es siempre a las 8 pm en la municipalidad de Los Olivos, Marko Erik Palacios, director fundador del Club y administrador del Facebook LNC, es el encargado de publicar el programa de la semana que comienza en día martes y termina el domingo, el Lunes hay una tregua por la salida del domingo que suele ser fuera de Lima, con 100 ó más Kilómetros de recorrido. Minutos antes de las 8 se ve llegar de todas las direcciones luces parpadeantes como estrellas, son los ciclistas LNC, cumplido el termino de tolerancia Marko dice ¡¡vamos!! y partimos por las grandes avenidas, junto a las combis, los buses y los autos que circulan en fila india, en un momento determinado se detiene la columna de carros, porque el semáforo cambio a rojo,  es entonces que nos deslizamos en entre los motores humeantes como “AGUA ENTRE LOS DEDOS”, rostros impacientes y angustiados de los pasajeros nos ven pasar por sus ventanas, con cierta impotencia o talvez con  cierta envidia.
    Las salidas nocturnas son a distritos vecinos que tienen avenidas inclinadas en los cerros como Payet, Tawantinsuyo, Jirón Puno de Comas, Collique etc. Las trepadas son fuertes, pero aun así más de uno repite el plato, mientras llegan los rezagados, el descanso se suele hacer en lugares que han bautizado con nombres originales como “La Atlantida” en este punto uno llega escalando una callecita con una inclinación de 45° “La Atlandida” es parque circular con columnas redondas clásicas, tiene la forma de un ágora griega, una banca circular nos ofrece descanso,  la imaginación de Marko hizo que se bautizara como tal,  también hay otro lugar de llegada ya fuera de la pista y la ciudad, queda en la misma cima de un cerro, y se conoce  con el nombre de “El Rocón” pues en la cumbre del cerro hay una megalito cuadrado, tal vez en tiempos prehispánicos este Apu fue peregrinado por culturas prehispanicas, es un lugar mágico. Desde cualquiera de estas alturas se divisa Lima, “La horrible” como una gran necrópolis, llena de velas encendidas,  una nube oscura sobre ella, que no se mueve, lo protege como un techo, es el Smog.
  En el descanso siempre aprovechamos para tomar un rehidratante, contar una anécdota, celebrar una broma e intercambiar opiniones, sugerencias sobre las piezas de tu bicicleta, finalmente nos tomamos la foto de rigor, James Norabuena, suele llevar un trípode portátil, se pone de rodillas, frente a su cámara, chequea los ángulos, izquierda, derecha; de manera que todos salgan en la foto, luego sale corriendo toma su lugar y esperamos el disparo de la cámara, finalmente regresamos, según la distancia del domicilio de cada uno debemos estar en casa entre las 10 y 11 pm.  
Otro ascenso  que merece unas letras aparte es la trepada al cerro San Cristobal, dentro de la Semana por lo menos una vez esta considerado esta salida en el programa LNC. Salimos de la municipalidad de los Olivos por LA Av. Carlos Izaguirre, cruzamos la panamericana en el ovalo, llegamos a la Av. Tupac, seguimos esta avenida hasta el cuartel Hoyos Rubio, luego izquierda derecha, izquierda derecha y llegamos a la Alameda de los Descalzos, un grupo que ha visto la convocatoria y llego primero, nos espera en dicho lugar para subir juntos. La Cruz Luminosa en lo alto pareciera que nos espera con los brazos abiertos. Nos contamos haber si alguien pincho y se quedo por el camino, estamos completos, entonces Marko dice vamos  y comienza el peregrinaje.
Al inicio de la trepada un olor pestilente nos hace acordar que estamos  en el borde de la civilización, la falda del cerro es un basural, una fuerte inclinación intenta desanimarte, crujen los cambios, la cadena baja al plato chico y atrás sube al piñón grande,  se escuchan jadeos y la frente empieza a brillar por el sudor, no falta escuchar a alguien decir “mierda” o “conche su mare” como para darse fuerza, los mas rápidos ya se desaparecieron de tu vista, cabalgan tan rápido que pareciera que son jinetes sobre caballos alados. En una pared de piedra el cerro hace eco a la gran ciudad, el rugir de los motores rebotan en sus rocas, como si el mar bravío se estrellara en un acantilado, en la penumbra del camino un brujo emponchado y su cliente, fumando espera que bajemos, que apaguen las luces del camino para iniciar su sesión de chamaneria, escuchas rugir un motor tras tuyo, te pegas a la derecha y pasa pujando un bus con turistas, la trepada te da algunos planos unas plataformas en los miradores donde las parejas aprecian la ciudad a lo lejos. Al verte llegar en el último tramo, los que llegaron antes, te dan aliento ¡¡vamos!! ¡¡vamos!! …¡¡Ya llegaste, revienta!!. No hay mayor satisfacción de estar en lo alto y ver la ciudad a tus pies, privilegio solo de los ángeles, las águilas y los ciclistas,  luego saludar a los amigos de otros clubes, tomar tu agua, la foto de rigor y el regreso, que si el ascenso es excitante diré pues que el descenso es un orgasmo, bajas en picada al llano, sin ningún esfuerzo, la gravedad hace su parte, tus dedos listos en el freno y la posición más aerodinámica que encuentres.


CRONICA DEDICADA AL CLUB “LIMA NORTH CYCLING” 

SOLO PARA CICLISTAS

Discurso de Agradecimiento.
Estimados compañeros, estoy muy honrado y feliz de pertenecer ahora al Lima Nort Cycling, por mi trabajo siempre he sido gitano y en todos los lugares donde he tenido que levantar mi tienda, he llevado conmigo mi bicicleta, dos ruedas ya son parte de mi vida (son mis alas) y las madrugadas frías han sido cómplices de mis salidas con los ciclistas de muchos lares, ahora he descubierto que en el manto de la noche  ustedes también son estrellas, astros luminoso y rodantes, yo  los acompaño feliz, siempre atrás  pero sin desmayar, por medio del tráfico, en las trepadas al “rocon” al cerro San Cristóbal, Payet, Tawantinsuyo,  Jirón Puno de Comas, el Morro solar y otras alturas. Pero en toda esta experiencia de ciclista gitano he descubierto algo más trascendente y es que los ciclistas en el mundo somos una gran familia, una gran hermandad un ejemplo para la humanidad.
  Gracias por abrirme las sus alas angelicales.
Fraternalmente
Melquiadez Centenario
Lima, a siete días  de la Natividad.
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Porque somos ciclistas ?
Bueno, ya sea uno ciclista solitario o miembro de cualquier club, creo que somos ciclistas para tomar distancia y sacarle ventaja a la muerte que rengueando nos persigue proyectando su oscura sombra delante de nosotros, ir en bicicleta es ganarle a la muerte, es iluminarte lejos de su presencia, es darte una oportunidad de vivir .
Autor Melquiadez Centenario.
SUBIR A SAN CRISTÓBAL NO ES FÁCIL SEÑORES!!
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Dedicado al Mítico Apu.
Subir a San Cristóbal no es fácil Señores, para un  guerrero puede significar una invitación decorosa a rendirse antes de la lid, subir a San Cristóbal para un monje peregrino, puede ser la tentación que ofrece una mujer lujuriosa a la orilla del camino. Para el ciclista que tiene de ambos, subir San Cristóbal es conquistar la montaña y caer de rodillas solo si es para hundir la espada en la cima, en ritual de triunfo, subir San Cristóbal para un ciclista señores, es como hacer el amor apasionadamente porque terminas rendido pero satisfecho.
Autor: Melquiadez Centenario
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Ah!, jóvenes ciclistas, soñadores ingenuos, que esperan conocer en algún recodo de su vida a la mujer de su sueño, no saben estos hermanos que por extraño designo del destino, sin ceremonia y sin anillos se han juntado por toda una eternidad a la Bicicleta y la mujer que un día conozcan y quieran no será más que una AMANTE CONCUPISCENTE.
Melquiadez Centenario


   

“BLEY BLEY”, EL TROMPO DEL SIGLO XXI

“BLEY BLEY”, EL TROMPO DEL SIGLO XXI
Dedicado a mi hijo Khalil.
     Varios niños están jugando “bley  bley”, de rodillas dan aliento a sus “torbellinos”,  los trompos “bley bley” giran, giran, chocan al azar entre ellos, sale uno  del ruedo empujado por otro y deja de girar, perdió este rojo, perdió el otro azul, quedan dos, ya no chocan pero el amarillo se cansa y cesa de dar vueltas, queda el de  color verde girando solo, ha  ganado, celebra el niño.
                Para los que no conocen a estos Trompos Modernos, le diré que son objetos de plástico y metal, tienen la forma de un OVNI un platillo volador, cuya base es de forma cónica, Un niño de rodillas jala de una polea dentada  que atraviesa su eje y el “bley bley” sale girando, todos los participantes hacen  lo mismo simultáneamente, los trompos con el filo de su borde se chocan aleatoriamente entre ellos y gana el ultimo en dejar de girar después de haber empujado y derrotado a todos los trompos participantes. Que simple, que sencillo!!.
                Ah!! El trompo de nuestro tiempo se jugaba de pie, solo el hacerlo girar por primera vez se tenía que celebrar, pues cinco mil intentos te daban la iniciación, antes te golpeabas las canillas con las “campaneadas”, rompías algún vidrio en casa y era solo en principio, pues recogerlo del suelo a la palma de tu mano era una destreza adquirida con mucha practica.  Tu doctorado lo obtenías si recogías el trompo en la palma de tu mano sin que este llegara al suelo es decir en el aire.
                Cuando te compraban tu trompo este tenía “punta de clavo”, tenias que ponerlo a punto “cedita”, gastando la “punta de clavo” y dejándolo “punta roma” frotando tu trompo todo un día en una piedra o la vereda de tu casa, luego tenias que quitarle lo de “tartaracho” (saltarín) que era un defecto de fabrica pues la punta estaba para un lado o para el otro y tenias que tener el ojo de Euclides para poner el clavo  en un ángulo de 90° respecto al plano, esto lo hacías con suaves y calculados golpes que lo dabas con una piedrita, luego probabas como iba quedando, el trompo venia de tienda color amarillo, si tenías “sapolin”(esmalte) lo pintabas de uno o varios colores, en el peor de los casos con los dientes sacabas la punta de tu lapicero y tenías el tinte para pintar franjas de color negro azul y rojo; Todo esto hacia que amaras a tu trompo y llorabas cuando en la “guerra” del juego tenía que ser llevado al paredón.
                En el juego no tenias que fallar en hacer girar tu trompo porque esa falta equivalía poner tu trompo “chantado”, donde otros trompos girando recogidos con la mano a empellones lo hacían avanzar, rumbo al “calvario”, rumbo al “paredón”, tu sufrías esperando la falla de otro compañero para recuperar tu trompo, no faltaba que alguien con mucha puntería acertaba darle un “puyaso” y desastillaba tu trompo  indefenso, ¡oh! cuanto te dolía en el alma esa herida.
                Ahí de aquel trompo que llegaba a la “olla” este era vendado, atado de pies y manos, inmovilizado, para lo cual se enterraba su parte cónica, dejando solo al descubierto lo más ancho y plano de su anatomía, entonces dependiendo del número de jugadores, dependiendo del acuerdo previo en el número de “popasos” (golpes con la punta del trompo por jugador), era literalmente acuchillado, pero  algo jugaba a tu favor, la buena madera de tu trompo y tus nobles amigos que hacían del ajusticiamiento una simulación, aunque no faltaba el rival rencoroso que clavaba sin escrúpulos su puñal sobre el dorso indefenso de tu trompo, dejando una huella, que tú con tu lija tratabas de sanar, después que acababa el juego.
Autor :  Melquiadez Centenario o simplemente “j”



EL PADRE NUESTRO DEL CICLISTA